Mediapro pone en jaque al fútbol francés
3 minutos de lecturaEn poco más de dos años, el fútbol francés ha pasado de la euforia de un contrato de venta de derechos de televisión que superaba los 1.000 millones de euros anuales a una depresión que le sitúa al borde del precipicio después de que el grupo español Mediapro anunciara su incapacidad de pagar esa cifra. La empresa fundada por Jaume Roures ha pedido a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) francesa renegociar el contrato que les une para el periodo 2020-2024, oficialmente porque la crisis sanitaria creada por la COVID-19 tiene un impacto en la obtención de beneficios previstos. La pandemia ha sumergido al fútbol mundial en una crisis. Menos fichajes se traduce en menos atractivo y, según Mediapro, menos ingresos por televisión, lo que les imposibilita cumplir con las cifras prometidas. Para hacer presión, la empresa no pagó el pasado 5 de octubre el primer plazo prometido a los clubes, 172 millones de euros, y aseguró que tampoco lo haría con el segundo, de 150 millones, previsto a principios de diciembre.
El problema es que muchos de los clubes franceses se habían gastado ya parte de ese dinero con el que contaban y que con estadios cerrados por la pandemia es su principal fuente de ingresos.
COMISIÓN DE MEDIACIÓN
Las posiciones están enconadas mientras una comisión de mediación trata de encontrar una salida beneficiosa para todos.
Pero detrás de esa fachada, han comenzado a surgir las voces que aseguran que la LFP fue demasiado lejos firmando un contrato que elevaba un 60 % los derechos de televisión y le situaba a la altura de campeonatos como el español que generan un mayor atractivo entre el público.
El fútbol nacional no atrae tanto a las masas en Francia como en España, Inglaterra, Italia o Alemania y eso se deja ver en las cifras de audiencia y en el número de abonados a las plataformas de pago.
La LFP pensaba cambiar esa tendencia con el nuevo contrato. Más dinero para los clubes debía traducirse en fichajes de mayor calidad y generar así un mayor interés público. Pero esa espiral virtuosa no se produjo y ahora nadie encuentra una salida a la crisis.
Téléfoot, el canal creado por Mediapro para difundir el fútbol francés apenas ha atraído a 600.000 abonados, muy lejos de los más de 3 millones que perseguía para poder hacer rentable su contrato.
La liga francesa se ve a menudo superada en audiencia por otros eventos deportivos, como la Fórmula 1, y en las encuestas de opinión el fútbol nacional aparece por detrás de las competiciones europeas o, incluso de otras ligas, como la inglesa o la española, como el evento deportivo favorito de los aficionados.
Además, el precio del abono a Téléfoot, 26 euros mensuales, es considerado muy caro por los aficionados que, en redes sociales, estiman además abusivo pagar a Mediapro que no paga a la Liga.
AUMENTO DEL PIRATEO
En ese contexto, las autoridades de lucha contra el pirateo a través de internet han detectado un incremento del tráfico en las paginas que retransmiten de forma ilegal los partidos, calculado en 3 millones de usurarios.
Cada vez son más quienes consideran que la LFP fue imprudente a la hora de otorgar un contrato tan grande a un grupo que no tenía ninguna vinculación con el país y que desplazó a los canales que habitualmente difundían el fútbol francés.
Esencialmente a Canal+, que tras haber quedado fuera del contrato, ha logrado recuperar algunos partidos, lo que le ha permitido mantener el número de abonados.
Ahora resuenan con más fuerza las voces que denunciaban que la Liga francesa había sido demasiado ambiciosa. Obsesionados con superar los 1.000 millones de euros de ingresos por la venta de los derechos televisivos crearon un sistema de subasta propio, atizaron la competencia entre difusores, incluyendo incluso a los procedentes de internet, y dieron prioridad a la oferta más elevada en detrimento de otras que parecían más seguras.
Muchos presidentes se arrepienten de haber soñado con situar al fútbol francés a la altura de otros campeonatos en términos de derechos de televisión y se preguntan si no construyeron la casa por el tejado.
EFE