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Guardiola y sus pupilos sufrieron en los minutos finales, pero valió la pena

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«Nos tocará adaptarnos y defender», había advertido Pep Guardiola. Sus palabras se hicieron oráculo en segunda mitad del Metropolitano, cuando su Manchester City tuvo que achicar agua ante un Atlético en tromba a por el gol que igualaba la eliminatoria. Supo sufrir, aguantó el 0-0, y está en semifinales. Ante 45 minutos de chaparrón rojiblanco, el conjunto inglés tuvo que resguardarse. No le funcionó el ‘falso 9’ de Phil Foden, ni la opción sin referencia. Acabó salvado por las yemas de los dedos de Ederson a una falta directa de Yannick Carrasco y con Guardiola discutiendo con los futbolistas rojiblancos. Aprendiendo a sufrir en la catedral del sufrimiento: un Metropolitano que despidió entre aplausos a sus jugadores, pese a firmar su despedida de la máxima competición continental.

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«Orgullo, pasión, sentimiento» era la petición de la afición del Metropolitano a sus jugadores con el mosaico previo al partido. Un duelo del que sentirse orgullosos ante el poderoso Manchester City, y tras las críticas desde múltiples frentes a la presentación, indudablemente defensiva, de su conjunto en el Etihad. Lo obtuvieron, hasta el punto de cambiar los papeles de la ida.

Con esa idea en mente, la grada puso su parte. Silbidos a Pep Guardiola y aplausos a Diego Simeone, y una tremenda pitada al himno de la Liga de Campeones.

Si habitualmente la operística sintonía de la mejor competición de fútbol del mundo suele ser acompañada por silbidos de la hinchada rojiblanca, esta vez fue ensordecedor. El público no olvidaba el cierre de 5.000 localidades ordenado por la UEFA como sanción por el comportamiento de algún seguidor en el Etihad, suspendido este mismo miércoles por el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS).

Tan pertrechado como sus seguidores salió Simeone. Con un 5-4-1 en el que Joao Félix era la única referencia y Griezmann un peón más en el interior derecho, vigilando las subidas de Joao Cancelo; mientras el City buscó dinamismo con Bernardo Silva y Riyad Mahrez abiertos, y Phil Foden, el dinamitador de la ida, como falso 9.

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Con esa receta, el Atlético contuvo al City durante los primeros 20 minutos, obligándole a posesiones cansinas aunque dejando alguna víctima por el camino, como Foden que se llevó un tremendo costalazo en un salto de Felipe. Incluso Ederson tuvo que jugarse el tipo saliendo de cabeza a un pase de Koke sobre Joao Félix.

La afición del Metropolitano era uno más, aplaudiendo cada esfuerzo y silbando cada posesión ‘citizen’. Y Simeone reconvenía una y otra vez a Joao Félix, cada vez más convertido en un soldado del ‘cholismo’: persiguiendo balones aéreos, reteniendo el balón de espaldas y dando aire a sus compañeros. Cada vez, más delantero.

Guardiola buscó soluciones, y decidió olvidarse del ‘9’. Ni falso ni verdadero. Foden se fue a la izquierda y Bernardo se retrasó para ayudar a Rodrigo -silbado una y otra vez por su antigua afición- y Gundogan en la salida de balón.

La idea surtió efecto, porque el City comenzó a saltarse la presión rojiblanca por el medio y encontrar las bandas. En una de esas, Mahrez llegó hasta la línea de fondo y su pase atrás terminó en chut de Gundogan al poste izquierdo de Oblak. Ni a la segunda de cabeza lo logró el alemán, ni con el pie De Bruyne. Dos minutos después, Lodi sacó un balón que ponía a Mahrez en boca de gol.

Con el miedo en el cuerpo, se reajustó el Atlético, incluso lo probó Kondogbia con un disparo lejano a las manos de Ederson. Savic frenó la amenaza de Foden desde su nueva posición caído a la izquierda, y el partido se fue con 0-0 al descanso. Parecía valerle a Simeone, pero sobre todo al quien le servía era a Guardiola.

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EL PASO ADELANTE DEL ATLÉTICO Y EL SUFRIMIENTO DEL CITY

Debió comentarse en el vestuario rojiblanco que era el momento de dar un paso adelante. Ocurrió. En el primer minuto de la reanudación, pase a la espalda y carrera de Griezmann para forzar un córner. Minutos después, la avalancha: centro de Lodi que Joao no remata por centímetros, cabezazo alto del portugués a un servicio de Llorente y chut fuera de Griezmann tras un pase atrás del luso.

«Vamos, Atleti, vamos», reclamaba la hinchada, sabedora de que era el momento. El City no sabía cómo salir del atolladero más que con posesiones en su línea defensiva, y Guardiola recurrió a Sterling retirando a un inadvertido De Bruyne, que se marchó dolorido en la pierna derecha, para recuperar un punta reconocible.

La respuesta de Simeone fue un triple cambio: Carrasco, De Paul, Correa por Griezmann, Lodi y Koke. En segundos, disparo del ‘5’ argentino rozando el palo izquierdo de Ederson, posteriormente llegada de un sorprendente Reinildo al área a trompicones.

Buscó control el técnico del City con Fernandinho y respondió Simeone poniendo todo lo que tenía -Luis Suárez y Matheus Cunha por Joao y Lemar-, con apenas 8 minutos por delante para forzar la prórroga. Se perdieron buena parte de ellos en una trifulca multitudinaria tras una falta de Felipe sobre Foden que acabó con el portugués expulsado por su segunda amarilla

En los 9 minutos de añadido habría más sufrimiento, para tods partes. Gundogan pudo acabar con todo en un mano a mano con Oblak, pero el esloveno sacó una pierna salvadora. Y le tomó el relevo Ederson, evitando la prórroga al desviar con las yemas de los dedos una falta directa de Carrasco.

Guardiola discutiendo con De Paul, Simeone aplaudiendo, en parte a su hinchada y en parte en tono irónico a las pérdidas de tiempo rivales… Un final puro Atlético, pero que clasifica al City. Doctorado en sufrimiento antes de citarse con el Real Madrid por un puesto en la final de París.

Miguel Ángel Moreno

(c) Agencia EFE

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