La violencia en los estadios empaña la fiesta del fútbol profesional en Paraguay
4 minutos de lecturaDeporte de Primera USA Agencias
La violencia en los estadios ha empañado el arranque del Torneo Apertura en Paraguay, donde con apenas tres jornadas disputadas se contabiliza un muerto, una treintena de detenidos y un partido suspendido a raíz de una batalla campal entre hinchas. El problema parece superar lo deportivo y apunta, según la propia gerencia del fútbol local, a un posible «submundo» generado por las drogas.
El mítico estadio Defensores del Chaco fue escenario este lunes de un nuevo capítulo de violencia. Dos barras de Cerro Porteño, «La Plaza» y «Comando», se enzarzaron en una gresca en la que llovían sillas y palos, mientras familias trataban de huir y resguardar a niños y jóvenes.
Con el marcador igualado a cero, el partido entre Cerro Porteño y 2 de Mayo fue suspendido cuando ya había alcanzado su segunda etapa.
La Policía dio cuenta de tres heridos. El equipo Azulgrana indicó que su capitán, el argentino Diego Churín, fue alcanzado por un objeto contundente en la cabeza.
No se contabilizaron detenidos, de acuerdo a la Fiscalía, salvo unos 19 retenidos antes del compromiso por consumo de bebidas alcohólicas, de los cuales 18 recuperaron su libertad horas después.
Un problema que rebasa los estadios
El vicepresidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), Javier Díaz de Vivar, confirmó a EFE que desde hace ya 20 años se registran choques entre barras, con algunos picos de violencia.
Pese a la reiteración de los incidentes, la APF no dispone de datos ni estadísticas de la cantidad de heridos en los estadios. Tampoco realiza seguimiento de los casos judicializados.
Este 2024 ha sido intenso. La inauguración del torneo profesional terminó en tragedia: un hincha de Olimpia murió de un disparo en la espalda en la localidad de Ñemby (ubicada a unos 19 kilómetros de Asuncion), después de que el autobús en el que se movilizaba junto a otros fanáticos fue presuntamente atacado por seguidores de Cerro Porteño.
Frente a lo ocurrido el lunes, Churín aclaró este martes en una rueda de prensa que el Cerro Porteño queda «exento de todo lo que haya pasado fuera del campo».
La APF también se pronunció en contra de la violencia. No obstante, apuntó que el problema “claramente no es el fútbol ni solamente del fútbol”.
La dirección del balompié paraguayo se declaró consciente de que lo sucedido «es un problema de fondo, que parte desde la delincuencia y el submundo generado por el consumo de drogas y el microtráfico».
En ese contexto, Javier Díaz de Vivar detalló a EFE que los protagonistas de la violencia «no son hinchas de equipos, son delincuentes comunes y drogadictos, que disfrazados de hinchas acuden a los estados para cometer hechos delictivos».
También el senador paraguayo y exdirigente de Cerro Porteño (2003-2009) Luis Pettengill deploró los hechos en un medio local y aseguró que «La Plaza y «Comando» son dos bandas que «se pelean supuestamente por microtráfico».
Por ello, pidió que su entrada debería ser vetada de por vida.
El fenómeno de las barras bravas llevó a que la APF, el Ministerio del Interior y la Policía acordaran el uso de tecnologías de reconocimiento facial, para identificar personas y alimentar una base de datos conjunta. No se ha precisado desde cuándo se implementará la medida.
Rencillas de vieja data
El vandalismo y la violencia se cobraron al menos una vida el año pasado en eventos deportivos.
Sucedió el 14 de agosto. Un hincha del club Cerro Porteño falleció tras choques entre «La Plaza» y «Comando» en las inmediaciones del estadio General Pablo Rojas, antes del encuentro del superclásico paraguayo con Olimpia.
Otro superclásico, esta vez jugado el 30 de octubre de 2023, se saldó con al menos cuatro personas, entre ellas un policía, heridas de bala en distintos enfrentamientos entre seguidores del Olimpia y del Cerro Porteño.
También se reportaron incidentes en la ciudad de Luque, vecina a Asunción, donde dos policías quedaron heridos y tres vehículos de su personal fueron destrozados por fanáticos, tras un partido entre Sportivo Luqueño y Sportivo Trinidense, en noviembre pasado.
Paraguay cuenta con una «Ley de No Violencia en los Estadios Deportivos», que data de 2016, norma que no ha conseguido apaciguar la efervescente violencia de algunos hinchas.
La norma prohíbe la entrada a los estadios o la permanencia en las zonas aledañas a personas bajo los efectos del alcohol, estupefaciente, así como el ingreso de petardos o el porte de armas.
Nina Osorio y Laura Barros
(c) Agencia EFE